El mono tití Saguinus geoffroyi,un estudio desde la Reserva Natural del Cerro Ancón
El Cerro Ancón, en la
Ciudad de Panamá, aún
posee una biodiversidad
suficiente para mantener
a los monos titíes con un
sustento natural, pero
estos primates enfrentan
los embates de la
actividad antropogénica.
Karina Carvajal-Castrejón
Estudiante tesista del GIP-UP/miembro de
FCPP
El mono tití panameño Saguinus geoffroyi ha sido reevaluado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como especie “Casi en Peligro” (NT), debido a que los monitoreos poblacionales a largo plazo que lleva la Fundación Pro[1]Conservación de los Primates Panameños (FCPP), calculan una tendencia al declive en su población de al menos un 25% en 18 años (a partir del 2015), si la deforestación y caza continúa mermándolos.
Una de las poblaciones de esta especie más cercanas a la Ciudad de Panamá se encuentra monitoreada por la FCPP y la Universidad de Panamá en la Reserva Natural Cerro Ancón, y es actualmente motivo de mi estudio de tesis de licenciatura como parte del Grupo de Investigación de Primatología de la Universidad de Panamá (GIP-UP). Asesorada por profesores del GIP-UP y FCPP, mi interés es el de comprender la densidad poblacional de estos primates y su recurso alimenticio, con la intención de reconocer cuál es la situación de estos monos en este entorno boscoso cercano aislado, y promover prácticas de conservación.
Las observaciones las he realizado en el camino que lleva hasta la icónica bandera de Panamá en el cerro, así como en sus laderas, y lugares que colindan con las carreteras secundarias de Ancón, incluyendo terrenos de Mi Pueblito, Mercado de Artesanías, antiguo YMCA, y áreas boscosas cercanas al Instituto Oncológico de Panamá.
En dichas zonas boscosas hemos llevado conteos sistemáticos que abarcan un total de 448 horas de esfuerzo de muestreo en ocho meses de observación directa desde agosto de 2020 al presente. Equipada con binoculares, GPS, y libreta de campo para anotar, he podido calcular una densidad relativa de 0.68 individuos por kilómetro cuadrado, un total de 5 grupos de monos titíes con un promedio de 6 individuos, con rango de 2 a 10 por grupo, y una abundancia aproximada de 35 a 40 monos titíes en el Cerro Ancón y áreas circundantes.
También logré identificar con la ayuda del herbario de la Universidad de Panamá, un total 20 especies de plantas repartidas en 17 familias de la flora del cerro Ancón que les sirven de alimento, usando ya sea sus hojas, flores, y frutas, o bien árboles y palmas de importancia estructural para realizar sus actividades de juego, descanso, apareamiento y anidación.
Algunos árboles de alta importancia son los higuerones, el cholo pelao, espavé, guaba de mono, cedro, caimito, guarumo, bejuco de uva, entre muchos otros. También se identificaron insectos como alimento, entre ellos, grillos (Tettigonidae), termitas, arañas de red de oro Nephila clavipes y animales pequeños como lagartijas y otras especies comestibles para los monos.
El estudio confirmó que, efectivamente, el Cerro Ancón aún posee una biodiversidad suficiente para mantener a los monos titíes del cerro, con un sustento natural. También se reporta interacciones de competencia con otras especies tales como tucanes, tangaras y ardillas, y algunos que otros eventos antagónicos intraespecíficos, sobre todo cuando compiten por insectos.
Comportamiento y amenazas
Los monos titíes reutilizan nidos, los que construyen con ramas delgadas y hojarascas, o bien nidos de ardillas abandonados, que van acumulando hojas secas encima y proveen buen refugio para ellos en la estación lluviosa. Dentro de las observaciones de comportamiento intragrupal, se pudo reconocer que estos monos se mantienen marcando su territorio grupal con orine y con sus genitales.
Existe vigilancia, y vocalización para comunicarse entre ellos entre 20 a 30 metros a lo mucho, mientras buscan alimento en rutas bastante bien definidas.
Es evidente la usurpación territorial, por lo que se puede decir que estos animales invierten mucha energía en competencia por alimento, territorio y acceso a hembras para aparearse en el caso de los machos. Esto coincide con las teorías evolutivas de asociación grupal para subsistencia, en donde la inversión de energía en grupo ayuda a la supervivencia cooperativa, pero con cierto porcentaje de antagonismo en su momento.
Los monos titíes de la Reserva Natural Cerro Ancón, a pesar de que aparentan una población bastante sana y con suficiente recurso alimentario, enfrentan los embates de la actividad antropogénica. Los cableados eléctricos los utilizan para pasar en lugares donde la conexión boscosa se ha perdido, y si las empresas que construyen o modifican las residencias no optan por soterrar o bien recubrir con aislante los cables, esto podría ser un factor de amenaza para ellos.
Otro factor amenazante para la subsistencia de esta población es el turismo mal llevado. El turismo en el cerro si se combina con la presencia de animales domésticos, o la alimentación artificial a estos primates puede causar un caos de salud en sus poblaciones, pues se les expone a virus humanos (por ejemplo, herpes, Covid-19), a ser atrapados para ser vendidos como mascota, o a un daño en su fisiología por exceso de azúcar y la creación a una dependencia de alimentos que no son parte de su recurso natural (por ejemplo, guineos).
Las autoridades municipales, civiles visitantes, turistas y residentes, conscientes de la realidad de estos monos, deben velar por evitar a toda costa la presencia de comederos, como muchas veces los hemos encontrado en los miradores de la cima, simplemente son foco de infección para ellos con un señuelo muy dulce.
La afectación se puede ver en sus estrategias de búsqueda de alimento, en donde estos monos compiten cada vez más, realizan estrategias de fisión-fusión para aprovechar recursos, y quizá en la proporción de hembras y machos adultos que sobrevivan a través del tiempo, esto solo lo sabremos manteniendo nuestros conteos poblacionales a largo plazo.
Las modificaciones que se realicen en el cerro Ancón y zonas aledañas con bosque, así como la urbanización y las oficinas públicas y privadas, deben tomar en cuenta la construcción de corredores biológicos, mantener las conexiones boscosas ya existentes y pasos de fauna para mantener a la población de Saguinus geoffroyi saludable. Los residentes de Ancón deben estar vigilantes a no permitir a nadie, alimentar a estos monos con guineos u otras frutas no nativas, esto irrumpe en su papel ecológico, en este caso, el de mantener la población de insectos controlada, dispersar semillas de los árboles del cerro y polinizar sus flores. Si se les distrae con comida artificial, al final no habrá sustento en proporciones adecuadas a través del año y muchos árboles perderán el ritmo de floración y fructificación al momento que los necesiten.
Esta experiencia ha sido muy valiosa para mí porque he comprendido muchas cosas sobre estos primates, cómo ellos se aferran a su estado natural y cómo sobreviven en este medio intervenido por el hombre. La FCPP y el GIP-UP me han ayudado con los materiales necesarios para realizar mi trabajo y por eso estoy muy agradecida, además me brindaron capacitación para saber cómo buscar a los Saguinus geoffroyi.
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