Científicas ejecutan proyectos marino-costeros

Las investigadoras de la UTP, Kathia Broce y Gisselle Guerra, lideran cuatro proyectos financiados por la Senacyt alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Tamara Del Moral
tdelmoral@senacyt.gob.pa

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La región más urbanizada del mundo en desarrollo es América Latina y el Caribe. Alrededor del 77% de su población vive en ciudades, y a nivel global, un 40% de la población vive a menos de 100 kilómetros de la costa.

Generar datos científicos sobre las zonas costeras es importante para la toma de decisiones, el ordenamiento territorial, la educación ambiental, y para conservar los ecosistemas marino-costeros y garantizar así, actividades como la pesca, turismo, el empleo, la salud y seguridad alimentaria.

En ese sentido, investigadoras de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) están liderando cuatro proyectos financiados por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), que están alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La Dra. Kathia Broce es la investigadora principal en el proyecto “Diagnóstico de zonas costeras para el reporte de indicadores ODS
14 (vida submarina)”. Este estudio tiene como propósito, realizar un diagnóstico de zonas costeras panameñas, concretamente, en la playa La Marinera, una zona de anidación de tortugas marinas en el distrito de Tonosí en la provincia de Los Santos; en Punta Brujas, en el distrito de Chimán, en Panamá; y en Punta Galeta, en el caribe colonense. También ha surgido una propuesta para incluir un estudio en el golfo de Montijo.

Junto a su equipo, realizarán un monitoreo periódico de aguas costeras, medirán la salinidad, temperatura, oxígeno disuelto, materia orgánica y evaluarán si hay acidificación oceánica o contaminación por metales pesados en agua y sedimentos. Uno de los equipos que están usando es un nucleador (core), una especie de tubo que permite tomar muestras de la columna sedimentaria para poder hacer un fechado. También van a trabajar con una técnica nuclear.

En este proyecto también participan la Dra. Gisselle Guerra, la arquitecta Andreina Pernia, del Centro Regional Ramsar (Creho);
el magíster César Bernal, del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar) de Colombia; la Lic. Ana Raquel Tuñón, del Ministerio de Ambiente; la Mgtr. Ana Karen Franco, quien se ocupará del componente social, y la Ing. Alejandrina Batista, experta en muestreo en zonas costeras. Otros colaboradores son el Lic. Henry Fuentes y la Lic. Brenda Checa, ambos del Ministerio de Desarrollo Agropecuario; y Daniel Nieto. “Esperamos que los resultados contribuyan a que Panamá pueda establecer una línea base que le permita prevenir y reducir significativamente la contaminación marina para el año 2025, un reto grande. Aspiramos a elaborar un informe de los resultados para que el Ministerio de Ambiente pueda hacer el reporte a nivel de país, e involucrar a estudiantes en trabajos de graduación que aprendan técnicas de análisis, etc.”, señaló la Dra. Broce.

Intrusión salina y erosión


La Dra. Gisselle Guerra liderará tres investigaciones: una para estimar el límite de intrusión salina en estuarios del sitio RamsarBahía de Panamá; otra para determinar el nivel de salinidad y calidad de agua en fuentes de agua para consumo humano; y para estimar la erosión en la línea costera del pacífico de Panamá.

En el primer proyecto se enfocará en examinar los niveles de salinidad y parámetros de calidad de agua en la cuenca baja del río Pacora y su impacto en el agua para consumo humano y ecosistemas. También se incluirá los ríos Matías Hernández y Juan Díaz como estuarios de la Bahía de Panamá.

Los estuarios son las zonas donde desembocan los ríos en el mar y son importantes zonas de incubadoras de especies. El agua salina que llega a los estuarios es diluida por el agua dulce que viene de la cuenca alta.

Por otro lado, la erosión costera es un proceso complejo, natural y antrópico en el cual se pierden costas en diferentes temporadas debido a los fenómenos como El Niño, La Niña, y las corrientes marinas y es importante realizar estudios para entender mejor las
dinámicas de las zonas marino-costeras y qué pasaría con el cambio climático, para mitigar los efectos adversos a nivel nacional.

“Perdemos territorios costeros, hay desplazamientos humanos, sube el nivel del mar, hay efectos relacionados a la erosión costera que están asociados al cambio climático. Los datos sobre la tasa de erosión/ acreción son relevantes para los planes de ordenamiento territorial, por ejemplo, para regular hasta dónde se pueden hacer construcciones”, detalla la Dra. Guerra.

Para estimar las tasas de erosión/acreción en las costas del pacífico panameño en los últimos años y monitorear su evolución, la Dra. Guerra y su equipo tomarán mediciones in situ y mediante un dron, durante un año, en las playas Caracol en Punta Chame, Gorgona, y Farallón, en Coclé, así como en la Bahía de Parita.

En estos esfuerzos, se han aliado el Creho, la Sociedad Audubon Panamá, la organización sin fines de lucro Marea Verde, la Universidad de Florida, la Universidad de Antioquia (Colombia) y el Instituto Politécnico de México.

Un aspecto importante de estos cuatro proyectos es que se establecerá un laboratorio marino-costero en el nuevo edificio de
investigación de la UTP.

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