Agricultura en ambiente controlado

El futuro Cipac AIP abordará varios ejes estratégicos para el país: la transformación productiva, el uso de tecnología para
mejorar la competitividad, el desarrollo social y la seguridad alimentaria.

Tamara Del Moral
tdelmoral@senacyt.gob.pa

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Para alimentar a más de 820 millones de personas que padecen hambre y a los dos mil millones de personas más que vivirán en el mundo para el año 2050, es imperativo aumentar la productividad agrícola y la producción alimentaria sostenible. ¿Cómo lograrlo con el impacto social y económico tras la pandemia de Covid-19 y con los efectos del cambio climático? La adaptación es la clave.

Durante décadas, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA) ha investigado cómo cultivar alimentos en el espacio e incluso, se han producido hortalizas en experimentos en la Estación Espacial Internacional.

La producción de alimentos en ambientes controlados no solo se contempla para futuras misiones espaciales, también es una forma de adaptación en la Tierra que permite producir alimentos nutritivos e inocuos, durante todo el año, utilizando menos espacio y con mayores rendimientos. Estos sistemas permiten optimizar entre el 90% y 99% del agua, evitar plagas, el uso de pesticidas y se reducen las pérdidas.

Son invernaderos que se pueden armar a diferentes escalas, incluso, pueden hacerse opciones pequeñas para la casa o una oficina.

Cuentan con tecnologías físicas y digitales para controlar factores como la luminosidad, temperatura, humedad relativa, los parámetros físicos-químicos del agua como el pH, conductividad eléctrica y los nutrientes.

Los cultivos se desarrollan en sistemas hidropónicos, en bandejas especiales. Una solución con nutrientes alimenta las plantas
y se utilizan luces LED para la fotosíntesis, cuyo color e intensidad dependerá del tipo de cultivo. Todo es controlado con sensores, sistemas informáticos, cámaras y en algunos casos, robots, incluso, desde aplicaciones de teléfonos celulares.

También hay sistemas aeropónicos, en los cuales se usan dispersores para salpicar agua y nutrientes a las raíces expuestas al aire.

Las fincas verticales son instalaciones que cuentan con una línea de producción automatizada con cintas transportadoras y elevadores que van rotando. Los cultivos crecen apilados verticalmente en “racks” y los procesos de siembra, mantenimiento, riego, fertilización, control del entorno y la cosecha son automatizados.

Investigación

En las dos últimas décadas en Panamá, algunas cooperativas, productores y empresarios, sobre todo en Tierras Altas, en la provincia de Chiriquí, en la región de Azuero y en la provincia de Veraguas, han invertido en invernaderos de media y alta tecnología con factores controlados, y en pocos casos, en agricultura vertical en Coronado (Panamá Oeste) y en Aguadulce, provincia de Coclé.

Hasta ahora, estas iniciativas no han tenido el acompañamiento de un centro de investigación y transferencia. No obstante, se
vislumbra un panorama distinto.

La idea de construir un centro de investigación en agricultura en ambiente controlado en Panamá ha estado germinando hace años y ganó fuerza después de que se realizaron en el país tres congresos internacionales sobre este tema en los años 2015, 2017 y 2019.

Entre los actores que han promovido esta iniciativa están la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la Fundación para el Desarrollo de la Agricultura en Ambiente Controlado (Fundaac), el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (Mida), la Universidad de Panamá, la Universidad Tecnológica de Panamá, el Centro de Competitividad de la Región Occidental de Panamá (Cecom-RO), investigadores, productores y el Ministerio de Economía y Finanzas.

El proyecto fue priorizado en el Plan Estratégico de Ciencia, Tecnología e Innovación (Pencyt 2019-2024) y se constituyó la Asociación de Interés Público “Centro de Investigación y Producción en Ambiente Controlado” (Cipac AIP) cuya Junta Directiva la preside la Senacyt.


El Cipac AIP se construirá con un préstamo de 19 millones de balboas del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y estará
ubicado en Tocumen, en terrenos de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Panamá (UP). También habrá
dos centros regionales, uno en la provincia de Chiriquí y otro en Guararé, en la región de Azuero.

Desde el Cipac se apoyarán los esfuerzos de productores, instituciones académicas públicas y privadas. El centro contará con el respaldo de centros de investigación de Estados Unidos, Europa y Asia, así como también de centros, instituciones y universidades nacionales.

Sus líneas de acción incluyen el desarrollo de capacidades científicas, técnicas empresariales de los productores, técnicos
y servidores públicos; el desarrollo de investigación que acompañe la inversión comercial empresarial; la asociatividad para el acceso a la tecnología y la comercialización de productos y la competitividad.

La infraestructura incluirá sensores, imagenología, robótica, inteligencia artificial, Internet de las Cosas, Big Data y plataformas
informáticas como Blockchain. También se usará energía solar, nanotecnología, se optimizará el manejo del agua y fertilizantes,y se reducirán las emisiones de gases de efecto de invernadero.

Allí se producirán lechugas, plantas verdes, hierbas de clorofila concentrada, diversos microgreens (rábano, soya, etc.), fresas y
otras frutas.

Módulo demostrativo

Como parte del proyecto Cipac AIP, se instaló un prototipo de módulo de un sistema de agricultura en ambiente controlado en las oficinas del IICA, para exhibir su funcionamiento, sensibilizar a los actores del agro y promover la inclusión de los pequeños y medianos productores en este tipo de agricultura moderna.

El prototipo tiene tres secciones: un pequeño laboratorio de impresión 3D y robot colaborativo para germinación; una sección para producción de alimentos y una de postproducción, sistema de nutrición y recirculante hídrico. El sistema de hidroponía a raíz desnuda funciona con luces Led, sensores, cámaras y ya se han producido lechugas, arúgula y kale.


El sistema demostrativo consta de osmosis inversa que permite optimizar entre el 90% a 99% del agua y nutrientes en un pequeño espacio y tiene un generador de CO2. Se remueven los iones al agua (magnesio, calcio) y tiene un filtro ultravioleta para reducir la
carga microbiana que pudiera entrar al sistema a través del agua. Todos los procesos operan bajo control remoto.

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