Garrapatas y salud pública
Dos publicaciones aportan nuevos datos sobre bacterias del género Rickettsia en garrapatas que parasitan animales silvestres en Panamá, y sobre microorganismos encontrados en garrapatas de libre vida en Tierras Altas.
- Las garrapatas son ácaros, parásitos externos que se alimentan de la sangre de vertebrados, incluyendo al humano.
- Algunas son vectores de bacterias, virus y otros patógenos.
- Entre las enfermedades que pueden transmitir están: fiebre recurrente, Rickettsiosis y mal deLyme(causadas por bacteria).
Tamara Del Moral
Durante millones de años de evolución, las garrapatas han establecido asociaciones específicas con sus hospederos y cada género se ha adaptado a ciertas condiciones ambientales, algunas especies habitan a más de 3000 metros de altura y otras en tierras bajas; unas viven en climas tropicales, otras en climas templados.
En el ser humano, las picaduras de garrapatas pueden causar alergias y enfermedades infecciosas como las fiebres manchadas, fiebre recurrente y el mal de Lyme.
A principios del siglo XX, al mismo tiempo que se estudiaban las enfermedades transmitidas por mosquitos en Panamá, también se investigaba sobre las garrapatas como vectores de enfermedades, sobre todo, por la fiebre recurrente.
En 1950 se dieron los primeros casos de fiebre manchada causada por la bacteria Rickettsia rickettsii en Panamá; esta es la enfermedad transmitida por garrapata más importante en el continente americano.
En la última década, un grupo de científicos del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (ICGES) ha estudiado las garrapatas desde el punto de vista de la salud pública y la salud animal.
El investigador Sergio Bermúdez, del Grupo de Estudios con Ectoparásitos del ICGES, comenta que estudian la biología y ecoepidemiología de las garrapatas, incluyendo nuevas especies, distribución y asociaciones poco conocidas con hospederos como coyotes y capibaras; así como las malformaciones en garrapatas y como éstas podrían afectar su parasitismo.
“En los primeros años nos dedicamos a estudiar las garrapatas que parasitan animales domésticos y humanos. Hemos hecho varias publicaciones en revistas indexadas internacionales, una a nivel nacional sobre garrapatas extraídas de caballos y perros, principalmente, y bovinos. Otro trabajo incluyó la seroprevalencia en perros y caballos en El Valle, provincia de Coclé, y uno que hicimos en Darién, del cual hemos hecho tres publicaciones”, detalla el investigador.
En 2018, con apoyo de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SENACYT), se publicó Garrapatas Ixodidae de Panamá (Bermúdez S., Apanaskevich D, Domínguez L.), que actualizó la lista de The Ticks of Panama, de Graham B. Fairchild, Glen M. Kohls y Vernon Tipton, de 1966.
“Agregamos especies que no estaban descritas, especialmente de garrapatas en aves de Tierras Altas. Hemos propuesto cambios taxonómicos y reportamos especies que no se habían reportado en reptiles. Recientemente, reportamos una garrapata que parasita murciélagos en cuevas. En los últimos años, se han descrito tres especies nuevas para Panamá y están por describir cuatro más, indica el entomólogo Sergio Bermúdez.
A nivel global se conocen unas 950 especies de garrapatas, en Panamá, unas 50 especies, y se espera que la lista siga aumentando.
“Hace dos años, publicamos un estudio sobre garrapatas que parasitan aves y encontramos varias especies de bacterias del género Rickettsia. En otro trabajo colectamos garrapatas de animales silvestres como coyotes y ocelotes, algunos atropellados o decomisados, para complementar los estudios previos”.
El científico explica que buscan, principalmente, Rickettsia y otras bacterias afines, como Ehrlichia y Anaplasma. Han aislado bacterias y tienen cultivos de Rickettsia rickettsii y Rickettsia amblyommatis para hacer diferentes estudios. “Sobre esta última especie, no nos ponemos de acuerdo si causa o no enfermedad, sabemos que genera una reacción inmune en personas y animales, pero no hemos podido determinar si hay patología”, añade el investigador.
NUEVOS HALLAZGOS
En el estudio “Diversidad de Rickettsia en garrapatas colectadas en animales silvestres en Panamá” (Ticks and Tick-borne Diseases, Vol.12, #4, julio 2021), Bermúdez y su equipo aportan nuevos datos sobre bacterias del género Rickettsia.
“Por primera vez logramos encontrar la especie Candidatus Rickettsia colombianensi en garrapatas que parasitan anfibios y reptiles. Ya teníamos una especie que parasita tortugas en esta garrapata. Tenemos casi 12 especies de Rickettsia en diferentes especies de garrapatas para Panamá, esa es una de las cosas más importantes dentro de las asociaciones que encontramos en animales silvestres en tierras bajas”.
Otro estudio reciente, apoyado por la Universidad de la República, de Uruguay, se enfocó en las garrapatas duras Ixodes de vida libre en Tierras Altas, Chiriquí.
Explica el entomólogo que el ciclo de vida de las garrapatas de vida libre Ixodes incluye una etapa en la cual parasitan a los animales y una etapa no parasítica. “Esto nos permite comprobar que el microorganismo pasó de una fase a otra. Por ejemplo, si encontramos una larva en campo sin alimentarse, y hacemos una prueba de PCR y encontramos algún tipo de bacteria, podemos decir que hubo transmisión de la madre a los huevos y se mantuvo en la larva. Lo mismo pasa con adultos”.
En Tierras Altas, a pesar de que solo analizaron 33 garrapatas Ixodes boliviensis e Ixodes tapirus los científicos encontraron una gran cantidad de microorganismos: tres genotipos del grupo Borrelia burgdorferi, que son el grupo que causa el mal de Lyme, Anaplasma phagocythophilum, una bacteria que afecta a humanos y animales. Por ahora no se han reportado casos en humanos en Panamá.
También hallaron 2 genotipos de Rickettsia, microorganismos del grupo Babesia, cercana a Babesia odocoilei, asociada principalmente a venados; y una especie posiblemente nueva del género Hepatozoon.
“Estos son reportes de infecciones naturales, no podemos categorizar que son patógenos, aunque estén dentro del grupo de bacterias que causan enfermedades. Es necesario hacer estudios más profundos para determinar si realmente existe o no un peligro de salud pública”, aclara el investigador Bermúdez.
A los científicos les llama la atención que, al comparar el material genético de la especie Ixodes boliviensis hallada en Chiriquí, con la que hay en la provincia de Panamá, observaron que son muy distintas a la que se ha reportado en América del Sur, esto los hace pensar que podría ser una especie diferente.
“Este estudio nos motiva a hacer un trabajo de serología para conocer qué tanto podría estar circulando esta bacteria, por lo menos la respuesta inmune ante esta bacteria en Tierras Altas, algo que no se tenía registrado en América Central”.
Si desea conocer más sobre este tema, puede visitar el sitio: http://ectoparasitos.gorgas.gob.pa
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