Vacunas contra la infodemia

¿El desarrollo de las vacunas contra el COVID-19 se apresuró, por lo que no son seguras? Falso. ¿Están en fase experimental? Eso es falso también. ¿Alteran el ADN? ¡Nada más lejos de la realidad! Estos son algunos de los mitos más comunes en torno a la vacunación contra la COVID-19, y el Dr. Eduardo Ortega-Barría los aclara con evidencia científica.

Rella Rosenshain

rrosenshain@senacyt.gob.pa

La pandemia por la COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2, ha traído consigo un bombardeo de información que ha generado un despliegue de rumores y la expansión de información falsa.

Hoy, la sociedad se enfrenta a un fenómeno definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “infodemia”, es decir, una sobreabundancia de información que puede ser correcta o no durante una epidemia. Su impacto ha favorecido la propagación -cada vez más lejos y veloz, como los virus- de mensajes erróneos que atentan a la salud pública ante el aumento en el uso de dispositivos móviles, la Internet y redes sociales.

Ante el panorama, el acceso equitativo mundial a la vacunación contra el coronavirus será la única forma de mitigar las repercusiones de la pandemia por la COVID-19, según advierte la OMS.

La evidencia científica ha reflejado que las vacunas contra la COVID-19 previenen en más de un 90% las hospitalizaciones y muertes por el coronavirus; sin embargo, la desinformación en torno a las vacunas ha puesto en peligro la vida de muchos durante esta crisis sanitaria, explica el Dr. Eduardo Ortega-Barría, secretario nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y asesor del Consorcio de Investigación de Vacunas COVID-19. De ahí la importancia de brindar información correcta y precisa.

A continuación, este médico entrenado en pediatría, enfermedades infecciosas y parasitología, e investigador clínico, quien es autor de 98 artículos científicos, aclara los mitos más comunes sobre la vacunación contra la COVID-19.

1. El desarrollo de las vacunas contra la COVID-19 se apresuró y no es seguro. Falso. Los estudios de vacunas de coronavirus se fundamentan en décadas de investigación científica. Todas las vacunas pasan por estudios estrictos para asegurarse de que sean seguras y funcionen. Incluso, la investigación de vacunas para coronavirus se inició hace 19 años, pero diversas plataformas tecnológicas han estado en desarrollo por décadas. Por otro lado, los ácidos nucleicos (ADN y ARN) se encuentran bajo estudio como posibles terapias desde hace más de 30 años.

2. Las vacunas para COVID-19 están en fase experimental. Falso. Debido a que estamos en una pandemia, las compañías farmacéuticas dedicaron mucho tiempo y dinero en fabricar rápidamente las vacunas contra la COVID-19. Todas las vacunas pasan por estudios estrictos para asegurarse de que sean seguras y funcionen. La OMS, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos, la Agencia Europea de Medicamentos y las agencias regulatorias nacionales predefinieron los objetivos de los estudios de investigación. Las vacunas para COVID-19 fueron autorizadas para uso de emergencia cumpliendo con todos los requisitos: pasaron por fase experimental de laboratorio donde las moléculas son caracterizadas; también se realizaron estudios en animales de laboratorio; se realizaron estudios de fase I y II; se completaron estudios de fase III que demostraron su seguridad, inmunogenicidad y eficacia; se han realizado estudios de fase IV a nivel mundial; y algunas vacunas han sometido la autorización para obtener la licencia comercial. La vacuna de Pfizer-BioNTech COVID-19 ya cuenta con la aprobación total de la FDA.

3. Las vacunas de la COVID-19 van a alterar mi ADN. Falso. El ARN mensajero no puede entrar a las células, y el ADN se encuentra encerrado en el núcleo de la célula. La información genética fluye de ADN a ARN a proteína. No es posible que el ARNm se mezcle con el ADN.

4. No podré quedar embarazada si recibo la vacuna COVID-19. Falso. Este mito dice que los anticuerpos elaborados a partir de las vacunas COVID-19 se unirán a las proteínas de la placenta y detendrán el embarazo. Los estudios científicos no apoyan esta idea y no hay evidencia que vincule al COVID-19 con la infertilidad.

5. Las vacunas para COVID-19 no funcionan con las nuevas variantes del virus. Falso. Es normal que los virus cambien con el tiempo. Los científicos han encontrado múltiples variantes de COVID-19 en todo el mundo, incluso en el Reino Unido, Sudáfrica, Brasil e India. Se propagan más fácilmente, y hay pruebas de que causan más enfermedad.

6. La infección natural es más protectora que las vacunas. Falso. Los modelos teóricos y títulos de anticuerpos neutralizantes en convalecientes y vacunados indican lo contrario.

7. Ya me infecté con COVID-19, por lo tanto, estoy inmune y no necesito vacunarme. Falso. Aunque la infección previa ofrece protección contra la reinfección del 89%, es posible contraer COVID-19 más de una vez. La protección post infección disminuye con el tiempo, y puede ser menor contra las variantes de preocupación. Además, la vacunación en personas recuperadas de COVID-19 mejora la respuesta inmune contra variantes de preocupación.

8. No existen datos que respalden la vacunación en pediatría. Falso. Hay estudios por lo menos con tres vacunas que demuestran su seguridad, inmunogenicidad y eficacia.

9. Las vacunas para COVID-19 no son seguras. Falso. El 31.4% de la población ha recibido al menos una dosis de la vacuna COVID-19 y el 23.6% está completamente vacunado. Se han administrado más de 4,72 mil millones de dosis en todo el mundo, y cada día se administración cerca de 35,64 millones.

10. No vale la pena vacunarse, ya que en Estados Unidos donde todos se vacunaron, hay muchos casos de COVID-19 y las vacunas no protegen. Falso. En Estados Unidos solo el 51% de las personas está totalmente vacunadas y el 1/3 de la población no ha recibido una sola dosis de la vacuna. La variante Delta representa 97% de todos los aislamientos de COVID-19.

El final de la pandemia de la COVID-19 llegará cuando la población mundial esté vacunada. En palabras del Dr. Ortega-Barría, “el único objetivo del coronavirus es intentar salir de nuestro cuerpo para evolucionar y transmitirse a otra persona. Nosotros tenemos el control sobre lo que este virus puede hacer a la salud si no recurrimos a información adecuada para tomar decisiones basadas en información científica”.

Este virus va a circular por muchos años, advierte el galeno. Por ello, “los que estamos vacunados, nos vamos a poner en contacto con el virus, y es posible que nos infectemos, es muy posible que no nos enfermemos y es extremamente posible que no fallezcamos debido al virus. Sin embargo, las personas no vacunadas es posible que se infecten, que se enfermen y fallezcan”, reflexiona.

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